La actualización de las jubilaciones en noviembre de 2025 ha generado controversia, especialmente para aquellos que dependen del haber mínimo. Si bien se anuncia un aumento del 2,01% según la fórmula de actualización vigente, que toma en cuenta la inflación con dos meses de rezago, muchos se preguntan si este incremento es suficiente para cubrir las necesidades básicas.
¿Cuánto cobrarán los jubilados en noviembre?
Con el ajuste, la jubilación mínima se eleva a $333.052,70. A esto se suma un bono de $70.000, que se ha mantenido congelado desde que Javier Milei asumió la presidencia, elevando el total a cobrar a $403.052,70. Por otro lado, la jubilación máxima se establece en $2.241.129,34. La Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM) será de $266.442,16 más un bono de $70.000, totalizando $336.442,16.
Un bono que pierde poder adquisitivo
El bono extraordinario de $70.000 está destinado principalmente a quienes cobran la jubilación mínima, pensiones no contributivas y PUAM. Sin embargo, este bono ha perdido la mitad de su poder de compra desde marzo de 2024, en un contexto donde la canasta básica para los adultos mayores supera los $1.500.000.
Según el Centro de Economía Política de Argentina (Cepa), el bono debería rondar los $133.000 para equiparar la suba de precios y que los jubilados no pierdan capacidad de consumo. La realidad es que el aumento y el bono actual no logran cubrir las necesidades básicas de los jubilados, quienes se ven afectados por la constante inflación y el aumento de los precios de los alimentos y servicios.
¿Qué significa esto para los jubilados?
Para muchos jubilados, este aumento resulta insuficiente para mantener su calidad de vida. La pérdida de poder adquisitivo del bono y la creciente inflación dificultan el acceso a alimentos, medicamentos y otros bienes esenciales. Es fundamental que se tomen medidas para proteger a los jubilados y garantizar que puedan cubrir sus necesidades básicas.
Posibles Soluciones
- Aumentar el monto del bono para equipararlo a la inflación.
- Implementar políticas que controlen la inflación y protejan el poder adquisitivo de los jubilados.
- Revisar la fórmula de actualización de las jubilaciones para que refleje mejor la realidad económica de los adultos mayores.