La temporada 2025 de Fórmula 1 presenta un dilema crucial para todos los equipos: ¿cuánto tiempo dedicar al desarrollo de los coches actuales y cuándo enfocar los esfuerzos en el reglamento técnico de 2026, que promete un potencial significativamente mayor?
Equipos con bajas expectativas para esta temporada podrían permitirse una transición temprana hacia 2026. Sin embargo, aquellos aspirantes a victorias y campeonatos tienen razones para perseverar con sus programas de 2025.
McLaren, por ejemplo, se posicionó como favorito al campeonato de constructores, adoptando la filosofía de priorizar el presente. No obstante, Zak Brown, CEO de McLaren Racing, ya en julio hablaba de priorizar la próxima temporada: "Casi todos están terminando sus coches de 2025. Prácticamente, 2026 es el foco, aunque aún tenemos algunas actualizaciones pendientes."
Desde entonces, McLaren solo ha introducido mejoras en dos ocasiones. En contraste, Red Bull ha actualizado su coche en cada carrera desde junio. La diferencia entre ambos ha sido notable, especialmente considerando que Verstappen está a 69 puntos del líder del campeonato, con 199 puntos aún en juego.
Gary Anderson analiza la crucial mejora de Red Bull, exclusiva para Verstappen. A pesar de la diferencia de puntos, la introducción de mejoras en el Gran Premio de Singapur motiva enormemente a Verstappen a darlo todo hasta que las matemáticas no le permitan ganar el campeonato. Incluso entonces, buscará victorias.
La evidencia sugiere que Red Bull ha superado su bache de mitad de temporada, y el nuevo alerón delantero introducido en Singapur refuerza esta idea. Aunque muchos cambios permanecen ocultos bajo la carrocería, el alerón delantero ha recibido mucha atención.
Como siempre digo, el resto del coche debe funcionar con el flujo de aire que sale del borde de fuga del alerón delantero. Si eso mejora, todo el coche puede cobrar vida. También permite optimizar otras áreas, lo que puede conducir a una mejora importante en el rendimiento general.
Red Bull comenzó a cambiar las cosas en Zandvoort al final de las vacaciones de verano. A pesar de no ganar y carecer del ritmo de los McLaren, Verstappen se mostró bastante satisfecho con el rendimiento y tuvo buenas sensaciones con el coche. La pregunta clave después de esas carreras era si Red Bull podría mantener ese nivel de rendimiento en las pistas de mayor carga aerodinámica, lo que convierte a Singapur en la gran prueba.