Nueva York: Tarifas de congestión generan debate y controversia
La implementación de tarifas de congestión en la ciudad de Nueva York ha generado un intenso debate y controversia en los últimos meses. La gobernadora Kathy Hochul defiende el plan, argumentando que ha logrado reducir el tráfico, acelerar el flujo vehicular y aumentar el uso del transporte público. Sin embargo, críticos señalan que estas tarifas representan una carga económica desproporcionada para los neoyorquinos de clase media y trabajadora.
¿Éxito o robo a mano armada?
Mientras la gobernadora Hochul celebra los ingresos generados por las tarifas de congestión, que se proyectan alcanzar los 500 millones de dólares a fin de año, muchos ciudadanos se sienten perjudicados. Se argumenta que los impuestos ya financian las carreteras y que estas tarifas adicionales son injustas. Algunos incluso comparan la situación con el famoso ladrón de bancos Willie Sutton, quien robaba bancos "porque ahí es donde está el dinero".
La oficina de Hochul afirma que las tarifas ayudan a las empresas a realizar entregas y ahorrar costos. Sin embargo, distribuidores de alimentos enfrentan costos adicionales significativos, y restaurantes pequeños también se ven afectados. Algunos restaurantes han comenzado a cobrar tarifas adicionales a los clientes que se encuentran en la zona de congestión.
Impacto en el tráfico y el transporte público
Según datos de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), la velocidad promedio de los autobuses en la zona de congestión ha aumentado desde la implementación de las tarifas. Además, se ha registrado una disminución del 8% al 13% en la cantidad de vehículos que ingresan a la zona cada mes en comparación con el promedio histórico.
Un informe de la Regional Plan Association (RPA) indica que las demoras de tráfico fuera de Manhattan son un 9% más bajas de lo que se esperaría sin las tarifas de congestión. El RPA también encontró que las demoras de tráfico disminuyeron un 10% en el Bronx y un 14% en 12 municipios en el condado de Bergen, Nueva Jersey.
- Menos tráfico en la zona de congestión.
- Aumento en la velocidad de los autobuses.
- Disminución de las demoras de tráfico fuera de Manhattan.
A pesar de los datos positivos, la controversia persiste. Los críticos argumentan que el plan es un "robo a mano armada" disfrazado de iniciativa verde y que la gobernadora Hochul esperó hasta después de las elecciones de noviembre pasado para implementarlo debido a su impopularidad.