La adaptación cinematográfica de la novela "Matate, amor" de Ariana Harwicz, con Jennifer Lawrence y Robert Pattinson, promete ser una experiencia intensa. La historia sigue a Grace (Lawrence) y Jackson (Pattinson), una joven pareja que se muda a una casona heredada en una zona rural, buscando un nuevo comienzo lejos de la vida urbana.
Un Inicio Salvaje y una Realidad Traumática
La película arranca con una escena de sexo salvaje, marcando el inicio de su vida en la antigua propiedad. Sin embargo, la llegada de un bebé transforma radicalmente su dinámica. La trama se centra en el viaje emocional de Grace, una escritora que se enfrenta al aislamiento, una crisis de pareja y las intensas demandas de la maternidad.
La Degradación Mental y la Confusión entre Realidad y Fantasía
La directora Lynne Ramsay explora la degradación mental de Grace, difuminando la línea entre hechos y fantasías. Invita al espectador a experimentar la percepción alterada de la realidad que sufre la protagonista. Ramsay se adentra en la psiquis de una joven madre, cuestionando si su estado mental puede destruir una familia, o si el proceso podría ocurrir al revés.
- Actuaciones comprometidas de Jennifer Lawrence y Robert Pattinson.
- Guion tenso que se equilibra al borde de la tragedia.
- Despliegue técnico que roza el virtuosismo.
- Narración guiada con mano firme por Lynne Ramsay.
La película no teme zarandear las emociones del espectador, ofreciendo un drama sin concesiones. Es cine hecho para un público resiliente, dispuesto a enfrentar una narrativa desafiante. Sin embargo, algunos críticos señalan momentos de histrionismo excesivo y metáforas obvias, lo que podría dividir a la audiencia. A pesar de las posibles fallas, la película se destaca por su voluntad de conmover y su exploración de temas complejos relacionados con la maternidad y la salud mental.