El Rolex Paris Masters ha sido testigo de una estadística inusual y reveladora: por séptima vez desde 1990, ninguna cabeza de serie número 1 ha logrado levantar el trofeo de un Masters 1000 en la temporada. Este dato, que no se repetía desde 2017, pone en perspectiva el cambiante panorama del tenis mundial.
Un año atípico para los líderes del ranking
La eliminación temprana de Carlos Alcaraz en París, a manos de Cameron Norrie, selló este peculiar récord. A lo largo del año, diversas circunstancias impidieron que los números 1 del mundo dominaran estos prestigiosos torneos. Jannik Sinner, quien ostentaba el primer puesto del ranking, se ausentó de varios Masters 1000 debido a una suspensión por dopaje. Alexander Zverev, en su momento número 2, no logró capitalizar las oportunidades que se le presentaron.
Si bien Sinner regresó a la competencia en Roma, cayendo en la final ante Alcaraz, la ausencia de ambos en otros torneos abrió la puerta a sorpresas. Alcaraz, ya recuperado el número 1, se vio obligado a retirarse del Masters 1000 de Shanghái por problemas físicos.
La maldición del verdugo del número 1 en París
La victoria de Cameron Norrie sobre Alcaraz en París no le trajo la gloria esperada. Al igual que ha sucedido con otros jugadores en el pasado, Norrie fue eliminado en la siguiente ronda. Desde 2008, seis jugadores han derrotado al número 1 del mundo en el Masters de París, pero solo uno, Holger Rune en 2022, logró avanzar y ganar el torneo.
Esta estadística sugiere que vencer al número 1 en París puede ser una hazaña efímera, un trampolín que rara vez conduce al éxito final. La presión, las expectativas y la dificultad de mantener el impulso pueden ser factores determinantes.
En definitiva, la temporada 2025 ha sido una excepción en la historia de los Masters 1000, demostrando que el tenis es un deporte impredecible y que el número 1 del mundo no siempre es garantía de victoria.