La Casa Blanca ha lanzado una severa advertencia: si el Congreso no logra un acuerdo para extender el financiamiento gubernamental más allá de septiembre, miles de empleados federales podrían enfrentar despidos masivos. La tensión entre republicanos y demócratas por el presupuesto anual de EE.UU. alcanza niveles críticos, con el fantasma de un cierre de gobierno el 1° de octubre.
La amenaza de la 'Reducción Laboral'
Un memorando interno de la Oficina de Gestión y Presupuesto revela que la administración Trump está considerando medidas drásticas, yendo más allá de las licencias temporales que se aplicaron en cierres anteriores. El documento insta a las agencias a “estudiar el envío de avisos de Reducción Laboral a todos los empleados”, lo que anticipa una ola de despidos permanentes.
El término “reducción laboral” (RIF, por sus siglas en inglés) evoca recuerdos amargos de la ola de despidos implementada bajo el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), impulsado por Elon Musk durante la gestión Trump. Esta vez, la administración republicana parece decidida a recortar el gasto público de manera permanente, eliminando puestos de trabajo que no se ajusten a sus prioridades.
Culpa a los demócratas
Desde el Despacho Oval, el presidente Trump no dudó en responsabilizar a la oposición: “Bueno, todo esto es causado por los demócratas. Nos pidieron hacer algo que es totalmente irrazonable”, declaró junto al mandatario turco Recep Tayyip Erdogan. La Cámara de Representantes ya aprobó la extensión del gasto, pero en el Senado, los republicanos necesitan el apoyo de al menos siete demócratas para lograr su aprobación.
¿Qué significa un cierre de gobierno?
Un cierre de gobierno implicaría la paralización de numerosas agencias federales, dejando sin fondos a programas considerados no esenciales. La Casa Blanca prevé que estas reducciones vayan más allá de suspensiones temporales, buscando eliminar permanentemente puestos de trabajo. La situación genera incertidumbre y preocupación entre los empleados federales y la población en general, ante la posibilidad de una disrupción en los servicios públicos.
El reloj corre
Con el 1° de octubre acercándose rápidamente, la presión aumenta sobre el Congreso para llegar a un acuerdo. El futuro de miles de empleados federales y el funcionamiento del gobierno de EE.UU. penden de un hilo. La falta de acuerdo no solo afectaría a los trabajadores, sino que también podría tener consecuencias significativas para la economía y la imagen del país a nivel internacional.